La muerte de un ser querido, que habría de convertirse en un momento de unidad y apoyo entre los miembros de la familia, marca muchas veces el inicio de enfrentamientos y enfados debido a los diferentes intereses patrimoniales entre los familiares. En estos casos lo preferible es acudir a un profesional para que tramite y gestione la herencia con la mayor brevedad y eficacia posible, aconsejando y solucionando las controversias que surjan entre herederos.
Como norma general, los problemas suelen relacionarse con tres aspectos fundamentales:
.- La designación de los herederos
.- El pago de los impuestos asociados a la herencia
.- El reparto y distribución de los bienes hereditarios
Cuando una persona fallece pueden darse estas dos situaciones: haber dejado testamento (sucesión testamentaria) o no haberlo hecho (sucesión ab intestato). Lo más recomendable es dejar un testamento claro y justo con el reparto, tanto de los bienes como de los herederos. Pero no siempre el testamento es garantía de tranquilidad y fluidez. El primer problema con el que se encuentran los herederos es hacer frente al pago del impuesto de sucesiones: pagar por una herencia aún no cobrada y no disponer de dinero líquido suficiente para su abono.
A este problema, acentuado actualmente por la crisis económica que estamos sufriendo, han de sumarse los gastos de inscripción y plusvalías de los inmuebles (en caso de que los haya), más los gastos de Notaría y escrituras, pues para inscribir el inmueble heredado en el Registro de la Propiedad debe haberse liquidado previamente el Impuesto de Sucesiones. En ocasiones los herederos no tienen patrimonio suficiente para hacer frente a este impuesto, lo que les obliga a renunciar a la herencia.
Una cuestión a tratar con detenimiento es que las deudas del causante (fallecido) sean superiores a lo que correspondería heredar, por lo que en esos casos en muy recomendable realizar un inventario del patrimonio del fallecido y de las deudas que corresponderían a los herederos y, en su caso, en lugar de aceptar la herencia pura y simplemente, en la que los herederos se hacen responsables de todas las deudas del fallecido además de con los bienes heredados con los suyos propios, aceptarla a beneficio de inventario, es decir, que solo responde de las deudas y cargas de la herencia hasta donde alcanza la misma y no con los bienes particulares del heredero.
Otro problema añadido se suscita en relación con las comunidades de vecinos: Inmuebles que suelen quedar abandonados, por lo que se deja de cumplir con las aportaciones necesarias en el régimen de propiedad horizontal en el que se encuentre el inmueble, y cuyas cuotas son también responsabilidad de los herederos. Entretanto, esa deuda es asumida por el resto de propietarios, perjudicando económicamente a los vecinos así como en el deterioro que pueda producir al edificio o a los pisos colindantes el abandono del piso.
En cuanto a la designación de herederos y reparto de bienes, aunque haya testamento, la herencia de una vivienda o de unas tierras puede convertirse algunas veces en una fuente de conflictos familiares, al suscitarse la co-propiedad: es decir, que la propiedad de la casa o del piso es indivisible y queda compartida entre varias personas. El problema es cuando las relaciones entre herederos/propietarios no es fluida. Lo mejor en estos casos es intentar que uno de ellos se quede con el porcentaje del resto, o bien, intentar vender toda la propiedad a un tercero. Otra posibilidad es que cada propietario venda a quien él quiera la parte que le corresponde, ya que todos son libres para hacerlo (existen empresas especializadas en la compra de inmuebles por partes).
La peor alternativa, desde luego, será el cese del régimen proindiviso a través de un proceso judicial que se resolverá con la subasta pública de la casa (que se celebrará a la baja hasta la aparición de un comprador) lo que conlleva muchísimos gastos y el precio que se obtendrá por el inmueble en la subasta será bastante inferior al del mercado libre, no cubriendo casi nunca, además, las posibles deudas personales que el causante pudiera haber dejado en vida.
Los problemas que pueden surgir con el fallecimiento de un familiar son variados y pueden llegar a ser complejos. Si tiene que afrontar una herencia en García Murria Abogados la tramitaremos y gestionaremos de la manera lo más rápida y eficaz posible intentando evitar que tenga conflictos con su seres queridos